La estación de trenes podría cerrar sus puertas si no se toman medidas para mejorar la seguridad

La estación de trenes podría cerrar sus puertas si no se toman medidas para mejorar la seguridad

La seguridad es un tema que preocupa a los usuarios de la estación de trenes de nuestra ciudad. Lamentablemente, la falta de medidas efectivas para garantizar la integridad física de los pasajeros y empleados ha llevado a una situación crítica. De no tomarse medidas urgentes para mejorar la seguridad, la estación de trenes podría verse obligada a cerrar sus puertas, lo que tendría un impacto significativo en la economía local y la movilidad de la población. Es hora de que las autoridades y responsables tomen cartas en el asunto y trabajen juntos para encontrar soluciones que garanticen un ambiente seguro y confiable para todos.

La estación de autobuses de Toledo enfrenta el cierre si no se solucionan las deficiencias

El futuro de la estación de autobuses de Toledo sigue siendo incierto desde el pasado mes de septiembre, y aunque todavía no se ha encontrado una solución, el concejal de Movilidad, Iñaki Jiménez, espera poder anunciar algo público la próxima semana tras su reunión con la Junta el pasado viernes.

Discrepancias entre administraciones: Jiménez reconoce las discrepancias entre las dos administraciones en relación con la estación de autobuses, sujeta a un convenio vigente hasta 2065, acuerdo mediante el cual el Ayuntamiento de Toledo asume el mantenimiento. Sin embargo, la antigüedad de las escaleras mecánicas y del ascensor, los problemas de goteras y otras deficiencias han complicado este convenio, que exige una solución.

En este caso, el concejal insiste en que los servicios jurídicos municipales tienen claro que el Ayuntamiento no tiene que hacerse cargo de la sustitución de las escaleras mecánicas, con un coste aproximado de 280.000 euros, «porque no podemos hacer una instalación nueva en un edificio que no es nuestro», ya que la propiedad recae en el Gobierno regional.

Alerta de cierre: Al margen del encuentro, Jiménez trasladó esta mañana que a la vuelta de verano también envió un escrito a la Junta alertando de la situación, «diciendo que teníamos que tomar cartas en el asunto y que habíamos llegado a pensar incluso en echar el cerrojo» a la estación porque no puede seguir prestando servicio en estas condiciones ni puede seguir manteniendo «la imagen» actual de abandono.

De momento, ambas administraciones seguirán negociando para intentar llegar a una solución. Por su parte, el Ayuntamiento se mantiene firme respecto a la reparación de las deficiencias y se desconoce si la Junta ha cambiado de opinión y asumirá la factura del cambio de escaleras y de ascensor, ya que tampoco hay más recambios disponibles si vuelve a averiarse en los próximos meses.

Problemas de seguridad y falta de vida comercial

La estación de autobuses también presenta problemas de seguridad y de falta de vida comercial desde hace años, otros motivos que también invitan a buscar una solución definitiva.

Colaboración público-privada: Hace meses, desde el Ayuntamiento se dio a conocer la posibilidad de acudir a la colaboración público-privada para que la gestión del edificio recayera en una empresa, pero su situación actual lo impide por falta de ofertas.

Opción de quedarse con la estación: Por otra parte, también desde el equipo de Gobierno municipal se ha planteado la opción de quedarse con la estación de autobuses a cambio de que la Junta asuma una factura que ronda los 300 euros. Si finalmente se consiguiera este acuerdo, el Gobierno regional se olvidaría de una reforma integral del edificio y el Ayuntamiento podría dar un giro y un futuro nuevo a la estación.