El Papel Crucial del Diálogo en la Prevención y Atención a las Conductas Suicidas
En un momento en que las conductas suicidas se han convertido en una de las principales causas de muerte evitable en todo el mundo, es fundamental romper el silencio que rodea este tema y abordar la cuestión con urgencia y sensibilidad. La prevención y atención de estas conductas requiere un enfoque integral que involucre a la sociedad en su conjunto, y en este sentido, el diálogo emerge como una herramienta clave para salvar vidas. A través del diálogo, podemos reconocer los signos de alerta, ofrecer apoyo emocional y conectar a las personas con los recursos necesarios para superar la crisis. En este sentido, es fundamental normalizar la conversación sobre la salud mental y el suicidio, y dotar a las personas de las herramientas y la confianza necesarias para hablar abiertamente sobre sus sentimientos y emociones.
El diálogo clave para prevenir conductas suicidas: la importancia de hablar y escuchar
En el Día Mundial de la Prevención de la Conducta Suicida, se destaca la importancia del diálogo para prevenir conductas autolíticas y suicidas. Esta realidad, que suele ser tabú, es la primera causa de muerte no natural en jóvenes, con unos 300 suicidios en personas de entre 15 a 29 años, y 12 suicidios en menores de 15.
Los datos provisionales de 2023 revelan que en España hubo 4.000 suicidios durante el pasado año, lo que significa una media de 11,5 personas que se quitan la vida cada día. Sin embargo, el suicidio no solo afecta a jóvenes, sino que también es un problema que afecta a toda la población. La franja de población que más se quita la vida es a partir de 50 años, sobre todo varones.
La importancia del diálogo
Aitor Jiménez, psicólogo del proyecto ¿Hablamos? de la Asociación Alganda Servicios Sociales, explicó que el diálogo es fundamental para enfrentar conductas suicidas. Es importante hablar y escuchar, porque el suicidio es un problema que afecta a toda la población, destacó.
El proyecto ¿Hablamos? se llevará a los diferentes institutos de Secundaria de la ciudad para informar a estudiantes de ESO y profesorado cómo afrontar y ayudar en la prevención de conductas suicidas. Alganda trabaja en este marco con la población infanto-juvenil, con edad comprendida principalmente entre los 15 y los 18 años.
Síntomas de alerta
Entre los síntomas que pueden servir como alerta se encuentran cambios bruscos de comportamiento en los adolescentes, como pasar de ser una persona muy activa a conductas de aislamiento, cerrar redes sociales, despedidas, regalar cosas de valor, cerrar capítulos de la vida. Estos síntomas deben hacernos sospechar que algo no va bien, advirtió Jiménez.
Los padres deben hablar con los hijos, no juzgar, no censurar esas conductas, tenerle en consideración y escucharle permitiéndole un espacio para que se exprese. Desde la escucha podemos apoyar, pero si rechazamos esa comunicación vamos a hacer que se aísle más y si toma una decisión, el suicidio, no vamos a estar prevenidos, agregó.
Recursos
No existe una causa efecto, pero sí más factores de riesgo que dificultan la problemática, como no tener habilidades sociales, falta de autoestima, alguna patología mental o sufrir bullying. Las redes sociales también juegan un papel esencial.
Si se desconoce cómo actuar, existen recursos como el número gratuito del Ministerio de Sanidad para este tipo de casos, el 024, el 112 de Emergencias o el proyecto de Alganda. Tender una mano es fundamental, porque nadie quiere morir, solo quiere dejar de sufrir, concluyó Jiménez.
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