La heroína Fernández-Marcote: una vida dedicada al servicio a los demás
En un mundo donde la egoísmo y la indiferencia parecen prevalecer, surge una figura que nos hace recordar la importancia de vivir para los demás. La heroína Fernández-Marcote es un ejemplo inspirador de dedicación y sacrificio en pro de la humanidad. A lo largo de su vida, esta extraordinaria mujer ha demostrado que la compasión, la empatía y el amor pueden ser la base de una vida plena y satisfactoria. Con su legado, nos muestra que es posible marcar una diferencia en la vida de los demás, y que la solidaridad y el servicio pueden ser los pilares fundamentales de una sociedad más justa ysolidaria.
La legendaria Fernández-Marcote: una vida dedicada al servicio a la música y a la educación
Una vida de dedicación a la música y la educación
María de los Ángeles Fernández-Marcote nació en Mora en 1964. Realizó sus estudios de piano en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid con Ángeles Rentería. En 1988 obtuvo el título superior de piano y música de cámara con las máximas calificaciones. Posteriormente estudió en la Escola de Musica de Barcelona, donde profundizó en piano con Albert Jiménez Atenelle y música de cámara con Josep Pons.
Recibió clases de maestros como Joaquín Achúcarro, Vlado Perlemuter, Ramón Coll, Félix Lavilla, Alexander Jenner y Enrique Santiago. Desde 1986 fue profesora del Conservatorio 'Jacinto Guerrero' de Toledo, institución de la que fue subdirectora entre los cursos 1994-95 y 1997-98, mientras dirigía el centro Ana María Sancho Sancho († 2017).
Una institución musical en expansión
Ambas llevaron a cabo la gestión del convenio entre la Diputación Provincial y el Ministerio de Educación y Cultura que convirtió al centro toledano en un Conservatorio Profesional desde el curso 1995-1996. Fueron años de expansión de una institución musical que hoy cuenta con más de cincuenta profesores y alrededor de quinientos alumnos.
Una trayectoria académica destacada
Fernández-Marcote dio un salto a la Universidad de Castilla-La Mancha cuando se implantó la especialidad de Educación Musical en la Escuela de Magisterio, hoy Facultad de Educación, para completar el equipo de especialistas en didáctica de la música junto con los profesores Manuel Fernández González de Mendoza y María José Alonso, compatibilizando la docencia inicialmente con el Conservatorio para después ocupar una plaza a tiempo completo en la Universidad.
Fue en dos ocasiones secretaria académica del centro universitario. Allí realizó también su tesis doctoral titulada Sociedad y música en la etapa del Antiguo Régimen. Francisco Antonio Gutiérrez, maestro de capilla de la catedral de Toledo 1799-1824, dirigida por el profesor Ramón Sánchez González y defendida en 2011. Es el fruto de una intensa investigación centrada en el Archivo y Biblioteca Capitulares en la que se conjuga la perspectiva institucional con el estudio biográfico y musical de esta figura capital a caballo entre dos mundos y en medio de profundas transformaciones en los gustos y modelos compositivos.
Un legado que perdura
En reconocimiento a su trayectoria académica, el 12 de junio de 2012 fue elegida como correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo por Mora. Juan José Montero, profesor del Conservatorio desde 1994, la recuerda «como una mujer ejemplar en todos los sentidos: una gran profesora y una buena amiga».
Quienes fuimos sus alumnos allí o en la Universidad recordamos el nivel de exigencia en las clases, pero a la vez su generosidad para reconocer el esfuerzo y su aprecio por nosotros. Amable Rodríguez, guitarrista y compositor toledano, estudiante en la promoción de magisterio 1995-98, recuerda su rigor docente pero también cómo, al cabo de los años, ella se acercó a uno de sus conciertos y estuvo interesándose por él.
Coincide en su recuerdo con el de Sandra Redondo, que estudió también magisterio (1999-2002) y hoy es profesora de piano en el Conservatorio: «absolutamente enérgica, totalmente implicada en las clases y volcando todo su cariño».
La firmeza (que quiere decir disciplina, esfuerzo, conocimiento, talento: las bases de una buena formación musical) y el afecto resumen la huella que ha dejado en tantas generaciones de músicos y maestros que hemos tenido el privilegio de recibir su magisterio.
Un homenaje emotivo
El 22 de noviembre de 2022, fiesta de Santa Cecilia patrona de la música, fue homenajeada por sus estudiantes y compañeros en un acto académico organizado en la Facultad de Educación, «muy emotivo», en palabras de su compañera, la profesora María José Alonso. Fue su última aparición pública. Falleció en Toledo el 9 de agosto de 2024.
Un legado que perdura
La trayectoria vital de María de los Ángeles Fernández-Marcote ejemplifica la de tantas mujeres profesionales de la música que han trabajado por la formación musical en nuestra ciudad. De los dieciocho profesores del Conservatorio en el curso 1989-90, once eran mujeres y la junta directiva del mismo la componían en 1994-95 Ana María Sancho, la propia Fernández-Marcote, Sagrario Colmenar (jefa de estudios) y Manuela Herrejón Nicolás (secretaria).
La ciudad de Toledo, por todo lo que han hecho por la música y la cultura, tiene una deuda con ellas: valgan estas líneas para empezar a restituirla.
Nota del autor: José María Domínguez, musicólogo, fue alumno del Conservatorio «Jacinto Guerrero» entre 1992 y 2002. Ha escrito este artículo en colaboración con las personas entrevistadas, a las que agradece su disponibilidad y ayuda.
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