Arqueólogos descubren que las casetas de baño del río Tajo fueron utilizadas ya en el siglo XIX
En un sorprendente descubrimiento arqueológico, un equipo de investigadores ha revelado que las casetas de baño situadas en las orillas del río Tajo tienen un pasado mucho más antiguo de lo que se pensaba. Según los hallazgos, estas estructuras, que hoy en día son un patrimonio cultural del país, ya eran utilizadas por los bañistas en el siglo XIX. Esta investigación arroja nueva luz sobre la historia del ocio y el entretenimiento en la región y abre nuevas perspectivas para el estudio de la cultura y la sociedad del pasado.
Descubrimiento histórico: casetas de baño en el río Tajo datan del siglo XIX
El blog 'Toledo Olvidado' ha realizado un fascinante descubrimiento que nos transporta a una época en la que el río Tajo era una parte integral de la vida veraniega de los toledanos. Gracias a fotografías históricas, hemos podido conocer la existencia de casetas de baño en las orillas del río, una realidad que hoy resultaría casi inconcebible.
Estas casetas, construidas artesanalmente con grandes maderos toscamente conformados, se instalaban cada año en diferentes playas naturales de arena generadas por el propio río. Se ubicaban en lugares como la playa de Safont, el arenal de San Servando, la zona de la Incurnia y la zona de La Cava-Solanilla.
Una costumbre con raíces en el siglo XIX
Es difícil establecer con certeza el comienzo de esta costumbre, pero las primeras imágenes de la ciudad, obtenidas a mediados del siglo XIX, demuestran que estas casetas ya existían en aquella época. La sociedad de entonces, marcada por un fuerte puritanismo, establecía que los baños se realizaran de un modo que hoy puede sorprender: a cubierto y separados por sexos.
El hecho de hacerlo a la sombra se explica no solo por una cuestión de recato moralista para evitar lucir los cuerpos en paños menores, sino también para no broncear las pieles, ya que en aquellos tiempos se asociaba la blancura de piel con una elevada clase social.
La separación de sexos y la importancia del recato
La separación de casetas por sexos se debía a un deseo institucional de evitar un excesivo contacto, tanto físico como visual, entre personas de diferente sexo en el momento del baño en las aguas del Tajo. Esto refleja la mentalidad de la época, en la que el recato y la modestia eran valores fundamentales.
Cada año, en el mes de junio, comenzaba la instalación de estas casetas en los citados puntos. Eran estructuras alargadas, fijadas con grandes postes en la arena, con una techumbre cubierta de tela o rafia que descendía hacia la zona del río. Un extremo de las casetas se anclaba en la arena de la playa y otro se clavaba dentro de las aguas del Tajo.
Estas casetas permitían a los usuarios refrescar sus cuerpos en las aguas del río en una época en la que no existían los avances en la climatización que hoy disfrutamos y en la que las temperaturas eran también elevadas en nuestra ciudad en los meses de verano.
Este descubrimiento nos permite vislumbrar un pasado olvidado, en el que el río Tajo era un elemento fundamental en la vida cotidiana de los toledanos. Esperamos que esta noticia haya sido de interés para nuestros lectores y les haya permitido viajar en el tiempo hasta una época fascinante.
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