El deber democrático de recordar a las víctimas del 11-M

El deber democrático de recordar a las víctimas del 11-M

El 11 de marzo de 2004, España sufrió uno de los atentados terroristas más devastadores de su historia, que se cobró la vida de 193 personas y dejó más de 2.000 heridos. Años después, la sociedad española sigue honrando la memoria de las víctimas del 11-M, recordando su sacrificio y luchando contra el olvido. Sin embargo, más allá del duelo y la conmoción, el deber democrático de recordar implica también un compromiso con la justicia, la verdad y la lucha contra el terrorismo. En este sentido, es fundamental que los poderes públicos y la sociedad civil trabajen juntos para mantener viva la memoria de las víctimas y garantizar que su sacrificio no haya sido en vano.

La memoria de las víctimas del 11M es un deber democrático, según el Gobierno de Castilla-La Mancha

El Gobierno de Castilla-La Mancha considera que preservar la memoria de las víctimas del 11M es un deber democrático. Así lo ha remarcado el vicepresidente segundo del Ejecutivo autonómico, José Manuel Caballero, en la inauguración de la exposición '20 años del 11M, memoria de dolor y solidaridad' de la Fundación Víctimas del Terrorismo y la Agencia EFE.

Según Caballero, se trata de preservar la memoria de aquel dolor y de las víctimas, a la vez que muestra aquel movimiento ciudadano de solidaridad, unión y reivindicación que llenó las calles y que define muy bien la personalidad de nuestro país.

La exposición en Azuqueca de Henares

La exposición, que se puede visualizar desde este lunes en el centro de ocio 'Río Henares' de la localidad de Azuqueca de Henares, está compuesta por un vídeo y 67 fotografías seleccionadas de entre las más de 25.000 imágenes relacionadas con los atentados del 11M que guarda el archivo gráfico de la Agencia EFE.

El Gobierno de Castilla-La Mancha ha colaborado con los organizadores para que esta muestra llegue a la región tras su paso por Madrid. El objetivo es rendir homenaje a los fallecidos, los heridos y sus familiares, y también a todos aquellos que se volcaron tratando de ayudar aquel día.

Un deber democrático de memoria

Caballero ha recordado que, entre las víctimas mortales de aquel atentado terrorista, un total de 16 personas eran originarias o vecinas de la provincia de Guadalajara y una de ellas era Javier Torronteras, el policía del GEO fallecido en el asalto al piso de Leganés donde casi tres semanas después se inmolaron siete terroristas.

Queremos que las víctimas sean recordadas, que los profesionales que trabajaron aquellos días sean reconocidos y que todo el movimiento ciudadano de solidaridad y reivindicación que unió al país se vea representado porque tenemos mucho que aprender como sociedad de todo lo que sucedió aquellos días, ha concluido Caballero.

El alcalde de Azuqueca y el presidente de la Diputación de Guadalajara comparten sus experiencias personales

Por su parte, el alcalde de Azuqueca, Miguel Óscar Aparicio, ha enfatizado que en Azuqueca, todavía nos causa mucho dolor el recuerdo de aquel brutal atentado que segó la vida de cinco azudenses.

Aparicio ha compartido su experiencia personal: Recuerdo ir a la manifestación, acompañado de mis padres, una de las más multitudinarias que he vivido en esta ciudad, pero, sobre todo, recuerdo el espíritu de solidaridad con los familiares de las víctimas.

Por su lado, el presidente de la Diputación de Guadalajara, José Luis Vega, ha compartido con emoción su experiencia personal con los atentados del 11M de 2004, cuando una compañera del centro educativo en el que daba clase temía que su marido fuera una de las víctimas.

Una exposición para educar en paz

Montserrat Torija, directora general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, ha agradecido a la Fundación su trabajo y esfuerzo para mantener viva la memoria y no olvidar a las víctimas y, en este sentido, ha recordado que el terrorismo golpeó España durante muchos años y la Guardia Civil cuenta con un gran número de víctimas en sus filas.

Asimismo, ha señalado que esta exposición sirve de recordatorio para la juventud y es una escuela para educar en paz.