La cebada de los Cebada, sin alimento para alcanzar el éxito

La cebada de los Cebada, sin alimento para alcanzar el éxito

En un impactante giro de los eventos, la familia Cebada, conocidos por su exitosa empresa de producción de cebada, se enfrenta a una crítica situación. Después de años de dominio en el mercado, la falta de alimento para sus cultivos ha llevado a la empresa al borde del colapso. La escasez de recursos naturales y la mala gestión de los mismos han sido los principales factores que han llevado a esta situación. Ahora, la familia Cebada se enfrenta a la preocupante tarea de encontrar una solución para salvar su negocio y evitar una catastrófica quiebra.

La cebada de los Cebada: sin alimento, la novillada se desmorona

Con la mejor entrada en sus tendidos y casi lleno de aficionados y una agradable temperatura sin brisa alguna, abrieron el paseíllo Cid de Maria, Pedro Luis y Mariscal Ruiz. Todo presagiaba que podía ser una gran tarde de toros, pues sobre el papel se lidiaba uno de los hierros favoritos de Villaseca de la Sagra, que ha estado triunfando en el ciclo del alfarero de oro en varias ediciones.

Pero como en un buen guiso, si los ingredientes principales no ayudan, la comida no sale del gusto de los comensales. Y en este caso, la novillada de Cebada Gago echó por tierra un posible triunfo que quedó en una tarde anodina, y sin poco más que recordar que una oreja de novillero Cid de María.

Un momento destacado: la faena a Pelícano

Por destacar algo de la tarde, la faena a Pelícano, cuarto del festejo, el cual fue brindado al respetable el novillero alcarreño. Con suavidad fue sacándose al animal, por bajo a los medios y sin probaturas, tomó la muleta con la diestra, comenzando a torear con profundidad y largura. Buscó en principio el acople por naturales, llegando a enjaretar un par de ellos de buena ejecución.

La faena variada en su concepto, subió de temperatura otra vez de nuevo con derechazos de mano baja y trazo largo, rematando cada tanda con interminables pases de pecho. Estocada en todo lo alto, a la vez que doblaba las manos, el novillo, por el ímpetu al investir, concediéndole el palco, una oreja que paseo feliz por el anillo.

Los novilleros en el ruedo

Al primero de la tarde, Pedro Luis lo toreo fundamentalmente con la diestra, perdiendo cualquier posibilidad de premio al fallar con el acero y silenciado el trasteo. Se fue a recibir a su primer enemigo, de rodillas, casi en el centro del ruedo, ejecutándole una larga cambiada muy jadeada por el público asistente.

Mariscal Ruiz, cerraba la terna en novillero sevillano, quien puso ganas en todos los tercios en sus dos oponentes. Sardo, fue su primer oponente que se dejó torear con el capote, pero sin emplearse en las telas. Tercio de banderillas de entrega del que salió ovacionado por los asistentes.

En general, la tarde se caracterizó por la desidia y la falta de conexión entre los novilleros y los animales, lo que hace que el festejo acabase sin pena ni gloria, silenciando su actuación.