En un pequeño pueblo, un hombre ha decidido romper el silencio y hablar sobre su experiencia con el menudeo, una práctica que ha llevado a la marginación social y la estigmatización de aquellos que la llevan a cabo. Con una gran dosis de arrepentimiento, el hombre relata cómo se vio envuelto en este mundo y cómo ha intentado superar la adicción. Su testimonio es un llamado a la reflexión sobre la necesidad de desmitificar este problema y ofrecer apoyo a aquellos que luchan contra él.
El dueño de un bar de pueblo admite su error y acepta su castigo
Ángel, de 45 años, se sentó ayer junto a su expareja, Hélida, como acusado de un delito contra la salud pública en la Audiencia Provincial. Después de un breve encuentro con el magistrado Juan Ramón Brigidano, los abogados habían pactado con la Fiscalía el reconocimiento de los hechos y una pena de dos años de cárcel que probablemente quedará suspendida.
Fue un error. Estoy muy arrepentido, admitió Ángel junto a su abogado a la salida de la Audiencia Provincial, refiriéndose al menudeo de droga en el bar que regentaba en Mohedas de la Jara, un pueblo de apenas 400 empadronados.
La detención
La Guardia Civil montó un despliegue y entró en uno de los dos bares abiertos en Mohedas de la Jara el 16 de junio de 2019, a la 1:10 de la madrugada. Los agentes se incautaron de una bolsa de plástico que contenía una roca de color blanco que pesó 13,58 gramos de cocaína con una riqueza del 28,69 por ciento.
La droga estaba oculta en la cocina del bar y la acusada arrojó por la ventana este envoltorio y otros dos con una barra de tres gramos de cocaína y un trozo de hachís de siete gramos. Tenían preparada la mercancía para la venta a terceros en el local.
La condena
La cocaína incautada hubiera alcanzado los 525,62 euros en el mercado ilícito y el hachís, 38,70 euros. La Fiscalía pedía inicialmente siete años de cárcel para cada uno, pero la drogadicción ha actuado también como atenuante para los dos acusados tras esta incautación de una cantidad mínima de droga.
La multa económica ha quedado también menguada; los acusados deberán pagar 564 euros. De esta manera, resultó innecesario el concurso de los tres guardias civiles citados por la sección primera de la Audiencia Provincial.
El menudeo en negocios como los bares resultan infrecuentes en pueblos pequeños como Mohedas de la Jara, controlado por el puesto de la Guardia Civil de La Estrella. La resonancia de la intervención de los agentes fue notoria en este municipio jareño. Y Ángel fue señalado en su pueblo, un proceso vivido por él como un calvario.
Deja una respuesta