- Un ambicioso proyecto urbanístico de más de 500 metros de largo traerá el río más cerca de los toledanos
- Un proyecto ambicioso para acercar el río Tajo a los toledanos
- El río Tajo, un nuevo eje turístico para Toledo
- Conectar el Casco, el Circo Romano y Vega Baja con el río Tajo
- Un proyecto de más de 500 metros para disfrutar del río Tajo
Un ambicioso proyecto urbanístico de más de 500 metros de largo traerá el río más cerca de los toledanos
En un ambicioso proyecto urbanístico, la ciudad de Toledo dará un gran paso hacia el futuro. Un proyecto de más de 500 metros de largo tiene como objetivo acercar el río a los ciudadanos, mejorando así la calidad de vida y el entorno urbano. Este proyecto innovador busca revitalizar el área ribereña, creando nuevos espacios para el disfrute y el esparcimiento de los toledanos. Con este proyecto, la ciudad busca mejorar la conexión entre el río y la ciudad, fomentando el desarrollo sostenible y la integración con el medio ambiente.
Un proyecto ambicioso para acercar el río Tajo a los toledanos
El Ayuntamiento de Toledo ha lanzado un proyecto para conectar el Casco, el Circo Romano y Vega Baja con el río Tajo, con el objetivo de convertirlo en un eje turístico sostenible y acercarlo a la ciudadanía.
El río Tajo, un nuevo eje turístico para Toledo
El proyecto, que cuenta con financiación europea a través de los fondos 'Next Generation' del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, tiene un coste aproximado de un millón de euros y un plazo de ejecución de ocho meses. Su objetivo es generar un nuevo eje turístico en la ciudad, tomando como referencia el Tajo y su entorno.
Conectar el Casco, el Circo Romano y Vega Baja con el río Tajo
El proyecto contempla la adecuación de más de 500 metros de longitud repartidos en cinco zonas de actuación: la conexión de la zona Sabatini y Vega Baja, la senda del río con el Circo Romano, alrededores del Puente de la Cava, una pasarela en el talud frente al torreón de la Cava en su conexión con el Casco, y la conexión del tramo del Puente de San Martín.
Un proyecto de más de 500 metros para disfrutar del río Tajo
El proyecto busca generar espacios públicos de referencia junto al río, potenciar el valor medioambiental, visibilizar la conexión con los puentes actuales, dinamizar el parque de Polvorines y ofrecer vistas de la ciudad desde nuevos miradores con la posibilidad de diálogo entre ellos mismos.
Para lograrlo, se realizarán intervenciones específicas e independientes en cada una de las zonas de actuación, con medidas de conexión urbana, protección y puesta en valor de patrimonio, de intervención y protección sobre el paisaje y del medio ambiente.
La adecuación de la senda con Vega Baja y la Avenida de Carlos III exige señalizar el acceso, acotar el ancho del recorrido, aproximadamente 200 metros de longitud, retirar la valla en mal estado y la vegetación invasiva, marcar la entrada desde San Pedro el Verde y con el camino peatonal que atraviesa la zona arqueológica de Vega Baja y llega a Mas del Ribero, repavimentar e iluminar el recorrido.
La conexión del Circo Romano contempla una pasarela peatonal como prolongación del Circo Romano, accesible a pie y en bicicleta desde la rampa que comunica la Puerta del Cambrón con la pasarela sobre la Avenida de la Cava, lo que permite conectar sin escaleras el Casco con la propia senda.
La pasarela del Puente de la Cava exige una mayor actuación, puesto que no cuenta con un paso accesible. Se plantea realizar una pasarela sobre el talud que arranque bajo el puente de hormigón y ascienda hasta el camino superior, justo junto a las escaleras.
La conexión del Casco y San Martín contempla un nuevo nudo de conexión de la ciudad con el río y la senda, dado que desde ahí se inician los tramos de escaleras que ascienden hasta la Bajada de San Martín.
El proyecto ayuda a revalorizar los barrios próximos al río, «mejorando su habitabilidad con la dotación de espacios recuperados de ocio, movilidad sostenible, contacto con la naturaleza y valores culturales que ofrecen las riberas del Tajo».
De esta manera, un espacio de alto valor medioambiental como la senda, pero «con una muy baja puesta en valor», promete una eficaz transformación teniendo en cuenta una sensibilidad especial para ofrecer un recorrido funcional mediante una propuesta ajustada a la realidad física.
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