La reciente declaración del Partido Popular (PP) sobre la credibilidad del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano Page, ha generado controversia. En un comunicado oficial, el PP ha afirmado que la credibilidad de Page se encuentra en niveles vergonzosos mínimos. Estas palabras han avivado el debate político en la región, ya que cuestionan la confianza y fiabilidad del líder regional. La acusación de falta de credibilidad por parte de un partido político de oposición es un tema sensible que pone en entredicho la gestión y la imagen pública de Page. Esta afirmación podría tener consecuencias significativas en el panorama político de la comunidad autónoma, generando un clima de desconfianza e incertidumbre entre la ciudadanía.
El PP acusa a Page de falta de credibilidad por su postura ambigua ante la ley de amnistía
Desde hace semanas, el Partido Popular de Castilla-La Mancha ha expresado su descontento por la actitud ambigua del presidente Emiliano García-Page frente a la ley de amnistía. Critican que, a pesar de censurar públicamente esta normativa y las consecuencias que acarrearía para la comunidad autónoma y España, posteriormente da la orden a sus seguidores de votar a favor de ella en el Congreso de los Diputados.
En una rueda de prensa en Toledo, el diputado regional del PP Santiago Serrano ha manifestado que García-Page ha caído en la credibilidad en mínimos bochornosos. Señala que el presidente castellano-manchego no acudió al Senado cuando estaba en juego la unidad nacional, a diferencia del presidente catalán Pere Aragonès, quien sí lo hizo y abordó temas que impactan en la agenda rupturista en colaboración con el Partido Socialista de Pedro Sánchez.
Uno de los puntos destacados por Aragonès fue que la amnistía ya no es inconstitucional y que lo mismo ocurrirá con el referéndum de autodeterminación. Asimismo, mencionó que el sistema de financiación es una carga para Cataluña, lo cual afecta de manera directa a Castilla-La Mancha. Ante esta situación, García-Page decidió no asistir a la comisión, dejando un sillón vacío frente a Aragonès.
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