En el ámbito educativo, es fundamental buscar nuevos enfoques y métodos innovadores que permitan a los estudiantes aprender de manera efectiva. Es en este contexto que la cerámica emerge como una herramienta educativa revolucionaria. La elaboración de piezas cerámicas se presenta como un recurso didáctico versátil y atractivo, capaz de fomentar la creatividad, desarrollar habilidades manuales y estimular la imaginación en los estudiantes. A través de la creación de objetos cerámicos, los estudiantes pueden aprender conceptos y habilidades de manera interactiva y divertida, lo que puede mejorar significativamente su comprensión y retención de los conocimientos.
La alfarería como herramienta didáctica: La cerámica como recurso educativo
En el marco de la celebración del Día Internacional de los Museos, el Museo Ruiz de Luna fue el escenario de una actividad única que unió arte, educación y patrimonio cultural. Ángel y David Timoneda, de la familia de alfareros Timoneda, llevaron su taller artesano al museo y dieron forma a una serie de piezas cerámicas ante un grupo de estudiantes del IES Juan Antonio Castro.
La creación de cerámica como proceso educativo
Ángel Timoneda se sentó al torno e improvisó, demostrando la técnica y el arte de la alfarería talaverana, reconocida por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Los estudiantes observaron en silencio, sorprendidos por la facilidad con la que el ceramista moldeaba la arcilla. Sin embargo, Ángel les explicó que hay que poner mucha fuerza desde el primer paso, cuando se corta la arcilla y se comienza a darle forma.
El alfarero compartió con los estudiantes todos los pasos del proceso de creación de la cerámica, desde el corte de la arcilla y el amasado de la pella hasta la necesidad de que no queden fisuras para que no se agriete en la primera cochura. También les enseñó la importancia de la esponja para perfeccionar y limpiar antes de coger la pieza del torno.
Un taller de cerámica como herramienta educativa
La actividad buscó incentivar la creatividad y la colaboración, en línea con la misión educativa y de investigación de los museos. Los estudiantes pudieron aprender de primera mano sobre el proceso de creación de la cerámica talaverana, y la importancia de la alfarería como patrimonio cultural.
La familia Timoneda, con su taller de cerámica en la segunda generación, liderada ahora por cuatro hermanos, puso su granito de arena para ayudar al sector y facilitar el relevo generacional. Según Ángel Timoneda, está complicado pero se están haciendo esfuerzos para que el 'gusanillo' de la cerámica pueda crecer en los jóvenes, y que la cerámica sea vista con otros ojos, también desde el ámbito de la moda.
La cerámica como misión educativa
La actividad demostró que la cerámica puede ser una herramienta educativa efectiva, que puede inspirar a los jóvenes a involucrarse en la conservación del patrimonio cultural y a apreciar el arte y la técnica de la alfarería. El Museo Ruiz de Luna y la familia Timoneda lograron unir la educación y la cultura en una actividad única y emocionante.
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