La ciudad de Toledo celebra 28 años de la implantación de la jornada laboral continua
El pasado 28 de junio de 1994, la ciudad de Toledo dio un paso trascendental en la historia laboral de España al implantar la jornada laboral continua, un cambio que revolucionó la forma en que se organizaba el trabajo en la región. Desde entonces, la ciudad ha celebrado este hito con actos conmemorativos y eventos especiales, que buscan destacar los beneficios que esta medida ha traído a la población. En este sentido, la jornada laboral continua ha permitido una mejora en la calidad de vida de los trabajadores, al permitirles disfrutar de más tiempo libre y una mayor flexibilidad en su horario laboral. En este día tan especial, la ciudad de Toledo celebra 28 años de esta importante reforma laboral.
Toledo celebra 28 años de la jornada laboral continua en la educación pública
El pasado martes 24 de septiembre se cumplieron 28 años desde que la ciudad de Toledo adoptó la jornada escolar continuada en la educación pública. En aquella fecha, los 16 colegios públicos de la capital regional (excepto el de Valparaíso, que aún no existía) realizaron una votación entre los padres de familia para decidir si aceptaban la jornada escolar de 9 a 14 horas como período lectivo o se mantenía la sesión doble de mañana y tarde.
El resultado fue abrumadoramente a favor de la jornada continuada, con una mayoría del 80% de los votos emitidos. En total, se emitieron 3.826 votos, de los cuales 3.440 fueron síes, 324 noes y 36 en blanco.
Un cambio histórico
Esta consulta se realizó gracias a una promesa electoral del Partido Popular, entonces en la oposición en el gobierno de la Nación, que se comprometió a implantar la jornada continuada si ganaba las elecciones. Y así, con el resultado de la votación, la ciudad de Toledo inició la implantación de la jornada continuada a partir del curso 1996/97.
Antes de esta fecha, solo el colegio público Fábrica de Armas disfrutaba de la jornada continuada, debido a la singularidad de que muchos de sus alumnos eran hijos de obreros de la fábrica que salían del trabajo a las 15 horas, lo que facilitaba la conciliación familiar.
Una lucha por la igualdad
En un momento determinado, la masificación de algunos comedores llevó a la implantación de dos turnos, lo que generó conflictos entre los centros y el profesorado. Se realizaron manifestaciones y concentraciones semanales que se prolongaron durante casi dos cursos, con huelgas salvajes y conflictos internos. La situación se desbloqueó con la implantación de la jornada continuada en la ciudad de Toledo.
Amador Domingo Escribano, profesor de un IES en la ciudad, fue nombrado delegado provincial de Educación, lo que ayudó a apaciguar los ánimos y a cicatrizar las heridas. Después, y por el procedimiento de las votaciones de los padres, y con competencias educativas transferidas, se generalizó el modelo de jornada continuada, que hoy es una realidad en toda Castilla-La Mancha y en varias regiones del país.
Un homenaje merecido
Julián Bermúdez, director del colegio Fábrica de Armas en aquella época, fue el cabeza de turco que utilizó el Ministerio de Educación para sofocar la rebelión. Al suspenderle de empleo y sueldo durante tres meses, muchos compañeros aportaron una cantidad de dinero para entregársela. Afortunadamente, el Ministerio reaccionó tarde, pero positivamente, y le reintegró en su función directiva.
Un grupo de compañeros y amigos de Julián Bermúdez le rendirán un sencillo y merecido homenaje reuniéndose con él y su familia para demostrarle su afecto, ya que fue para muchos un símbolo y un compañero al que sacrificaron.
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